Tina Silc y David Hervás: Palabras “Después de un sueño”
Charles Darwin fue quien dijo que si tuviera que vivir de nuevo, se impondría la obligación de leer algo de Poesía y escuchar Música al menos una vez a la semana. El pasado Sábado 29, en nuestro Salón de Actos, se produjo el milagro de la fusión perfecta entre Música y Poesía; el milagro de la Canción, la Mèlodie, el Lied... con la increíble sencillez de una voz y un piano. Sencillez de elementos en la que se puede descubrir toda la belleza que uno sea capaz de apreciar, y también toda la emoción. La grandeza del Arte es esa, que cada uno puede aproximarse a él a su manera. Porque en esencia no hay más que entender que aquello que se desvanece en el momento que uno intenta explicarlo.
Tina Silc y David Hervás, dos músicos jóvenes que aman lo que hacen, nos ofrecieron con enorme generosidad un recital a corazón abierto. Fue una sorpresa para algunos asistentes oírles decir tras el concierto que nunca habían trabajado juntos. Nadie lo hubiera adivinado. Hace falta mucho trabajo para que las cosas del Arte fluyan como fluyeron el Sábado, y por eso todos los que estuvimos allí les estamos doblemente agradecidos.
Tina y David nos dieron una perspectiva amplia del desarrollo del género en diferentes países, desde Alemania y Austria, donde tuvo su origen, con Schubert y Schumann como máximos exponentes en la primera mitad del XIX, hasta Francia, Italia, Eslovenia, Chequia, Inglaterra y España. Tina, con la calidez y naturalidad de su voz, y David, con su elegancia y contención, nos narraron el amoroso sueño de Fauré en su "Après un Rêve" (Después de un Sueño), la nostalgia del esloveno Jenko en "En tierra extrana", o el canto amargamente vital del checo Dvorák con una de sus canciones gitanas. También hubo ocasión para el humor a través de otro esloveno, Pavcic, y su "Tsitsiban, tsitsifuy", cuando un niño escucha la voz de su conciencia a través de un pájaro que le reprocha no haberse lavado las manos. Y otras escenas de la memoria, o del lamento, o del anhelo del amor distante, o la alegría exultante del enamorado. Los Lieder son Poesía servida en la bandeja de plata de la Música.
El juego de palabra y Música quedó además destacado con la colaboración de Juan Miguel Morales, que recitó la traducción de los poemas antes de cada canción. Entre ellos, el del gran amigo de Schubert, Franz von Schober, "An die Musik", una oda con la que el autor le agradece a la Música haberle dado esperanza. Es simbólico que luego ese poema se convirtiera también en Música: ¿sería esa la forma que tuvo la Música de corresponder a la Poesía con otro agradecimiento? Nosotros les estamos agradecidos a la Música y a la Poesía, pero más aún a Tina Silc y a David Hervás por habernos dejado el recuerdo de un recital imborrable y “abrirnos el cielo con la dulzura de sus acordes”.