El último concierto de la primera temporada de MÚSICA DE CERCA no pudo estar más lejos de parecer un final; el talento y la honestidad del joven pianista Rubén Russo nos dejaron el sabor de un vigoroso comienzo. El comienzo de una carrera brillante de la cual nos enorgullece haber formado parte; y el comienzo decidido de un ciclo que emprendimos este año con la mayor ilusión, y que cerramos con refrescante entusiasmo. Hemos tenido la fortuna de ver y escuchar a grandes intérpretes en Música de Cerca, y todos han dejado su huella, pero nunca habíamos visto tanta exaltación en el público ni una ovación tan prolongada. El éxito de Rubén Russo en nuestra pequeña sala es enteramente suyo, atribuible a su entrega total al piano.